Hoy vengo a desmentir una idea extendida que está impidiendo que mucha gente comprenda en esencia el funcionamiento de un blockchain. La idea es:
“Una wallet, monedero o billetera de criptomonedas realmente contiene tus criptomonedas”
Falso. Es un error conceptual producto de un término mal elegido. Salvo que utilices un exchange centralizado como Coinbase o Binance, en cuyo caso estás cediendo el control de tu dinero a un tercero, tus criptomonedas están en direcciones (cuentas) nativas del blockchain a las que sólo el poseedor de su clave privada puede acceder. Una wallet es otra cosa, a continuación te lo explico.
Vamos desde el principio. Las transacciones que se realizan en un blockchain son ejecutadas por addresses o direcciones, que puedes pensar como “cuentas” que almacenan, envían y reciben dinero. Un blockchain es una hoja de contabilidad distribuida y las addresses o direcciones son sus entradas o registros individuales. Detrás de una dirección puede estar una persona, una organización, o un bot.
Estas direcciones tienen dos tipos de claves asociadas: la privada y la pública. La clave privada es un código alfanumérico largo y aleatorio cuyo tiempo de desencriptación (para computadoras actuales) es más grande que varias veces la edad del universo. La clave pública deriva de la clave privada y se utiliza principalmente para confirmar transacciones iniciadas por la propia clave privada. Y finalmente, la dirección, que deriva de la clave pública y funciona como un “número de cuenta”; el código alfanumérico que le envías a tu compañero de piso para que te pase la mitad del alquiler.
Clave privada → Clave pública → Dirección
Queda clara la importancia de la clave privada. Es la que te otorga el poder de realizar transacciones desde una dirección, la llave para acceder a tus criptomonedas. Si pierdes (o te roban) la clave privada, pierdes tus cripto. Es muy recomendable, casi obligatorio, escribir tu clave privada en lápiz y papel.
Las wallets no son monederos porque no contienen criptomonedas.
Son herramientas de almacenamiento y gestión de claves privadas, así como interfaces de usuario (pantallas) para interactuar de forma simple con el blockchain. Las wallets son una forma amigable de presentar y gestionar una dirección, ya que sin ellas, tendríamos que utilizar herramientas de bajo nivel y tocar código para ejecutar cualquier transacción.
Entonces, tu verdadero monedero es una dirección en el blockchain, tu clave privada es una llave que te da control sobre esa dirección, y tu wallet es una herramienta para guardar y gestionar dicha clave; una forma más cómoda de llevar tu llave y utilizarla. Un llavero.
A grosso modo, existen dos tipos de wallets:
Software wallets: son aplicaciones que puedes instalar en tu ordenador o móvil, que encriptan la clave privada de tu dirección usando una contraseña convencional y la almacenan en el mismo dispositivo o navegador que estás usando. Normalmente son usadas como una extensión de tu navegador y con ellas te puedes conectar a cualquier aplicación de finanzas descentralizadas. La más famosa (en Ethereum) es Metamask.
Hardware wallets: son dispositivos físicos normalmente parecidos a un pen drive dedicados exclusivamente a almacenar tu clave privada encriptada de forma offline en ese mismo dispositivo. Son más seguras que las software wallets porque no están conectadas a Internet, y por tanto, más inmunes a hackeos. La más famosa es Ledger.
¿Y qué pasa si te olvidas de la contraseña de tu wallet? Mientras conserves tu clave privada, nada. Por eso ni son wallets, ni billeteras, ni monederos. Si se me queda la billetera en el metro y no la encuentra ningún alma bondadosa, pierdo los billetes que estaban dentro. Con las llamadas “wallets” de cripto, no es el caso.
Una persona puede tener sola dirección (cuenta), con su clave privada correspondiente (llave), y distintas wallets (llaveros con copias de esa llave). Yo, por ejemplo, tengo una dirección en concreto que utilizo en mi navegador con la wallet de Metamask, y también físicamente con un Ledger. Misma dirección, dos wallets.
Capisce?
Pero el barco ya zarpó. Wallets se quedarán.
A pesar de este fallo de nomenclatura, no tenemos ni la más mínima intención de cambiar un estándar de la industria. Lo único que buscamos es que nuestros lectores y futuros usuarios entiendan que wallets como Metamask, Ledger y próximamente Fungi, no custodian su dinero.
Porque… Not your keys, not your money.
En la próxima Microdosis te explicaremos cuál es el futuro de las wallets y cómo Fungi va a jugar ese partido. Pero mientras tanto:
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